lunes, 20 de febrero de 2012

Muerte en el Penal de Apodaca


Nuevamente la muerte ha llenado uno de los centros de reclusión de nuestra entidad; esta vez fue el turno del Penal de Apodaca. Una vez más el Penal de Apodaca fue escenario de una revuelta entre internos que dejo como saldo al menos 30 personas sin vida.
Una vez más la sobre población carcelaria es uno de los factores clave que llevo a tan fatídico desenlace.
El asinamiento en un centro penitenciario es el factor principal para que se susciten este tipo de eventos.
Recordemos que las cárceles en México distan por mucho de encontrarse dentro de los estándares internacionales establecidos por Naciones Unidas.
De nueva cuenta nos encontramos con el resultado de un sistema creado para encarcelar y contener a los gobernados.
Necesitamos que el incremento de penas en diversos delitos tanto de los ordenes del fuero común como del federal dejen de ser la solución en el combate contra el crimen.
Es tiempo de implementar estrategias de concientización por medio de la educación para reducir la sobre población penitenciaria.
Hemos visto el resultado que esto (el incremento de penas y la sobre población) ha traído en nuestro vecino pías del norte.
Debemos seguir el ejemplo de culturas más desarrolladas que las que están cruzando el río bravo.
Una estrategia de saneamiento a la economía y mejor educación resultarían en una solución efectiva en un problema que desde hace años se ha ha ido convirtiendo en una bomba de tiempo.
Como lo hemos comentado, este tipo de eventualidades irían a la alta.
Las políticas de nuestras administraciones se han ocupado de pretender tapar el sol con un dedo.
Se han ocupado de tratar de solucionar un problema educacional y cultural con las armas.
Si bien es cierto que el Estado debe detentar una fuerza coactiva y punitiva sobre sus integrantes como modo disuasivo y de castigo en aquellos que flagelen el contrato social, también lo es que ello es la ultima de las soluciones a cualquier conflicto.
El Gobierno debe por Ley proveer los satisfactores necesarios para que la vida ocurra de manera pacifica.
Lo cual implica el crecimiento de la sociedad sobre una base de armonía económica y oportunidades de desarrollo.
Mientras continuemos metiendo personas a la cárcel, mientras el problema no se ataque desde la trinchera adecuada, nos veremos siempre ante situaciones caóticas y deplorables como la de este fatídico día de febrero de 2012.
La solución no se encuentra en las armas, no se encuentra en los operativos de reacción; la solución es sembrando la semilla de la humanización, de la armonía, de la equidad, de las oportunidades.
Brindemos en la medida de nuestras posibilidades la oportunidad de que esa semilla germine y veremos el resultado de un México en paz, de un México seguro.
Solicitemos a nuestras autoridades la aplicación de medidas sancionadoras a quienes dolosamente han incumplido en el ejercicio de su encargo, empleo o comisión.
Impulsemos la implementación de los estándares internacionales en materia de Derechos Humanos en los centros penitenciarios.
Promulguemos leyes tendientes a exaltar la persona humana y entonces nos encontraremos ante un nuevo y mejor futuro.

Saludos.


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